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CURSO 2009-2010
Organizado por la Diputación de Valladolid

                   CONCURSO DEL BIBLIOBÚS 2010                

         La Excelentísima Diputación Provincila de Valladolid, a través del Área de Cultura y Turismo, convoca el IX Concurso Literario "EL cuento ilustrado". Nosotros, los del primer ciclo, hemos realizado unos cuentos para participar en este concurso y se lo hemos llevado a José Manuel, el encargado del Bibliobús de nuestra zona.

CUENTO DE SAMUEL

EL BIBLIOBÚS CASI ATROPELLA A MIS PERRAS.

 

Había una vez una familia que vivía en las Islas Canarias. Era una familia de siete miembros: el papá se llamaba Adrián, la mamá se llamaba Nayara y tenían 5 hijos.

Los nombres de los hijos son: Samuel es el mayor con 15 años, le sigue Sergio que tiene 14 años, la del medio se llama Carolina y es la única niña que tiene 10 años, Ricardo es el cuarto hijo con 9 años y el pequeño es Oliver con 8 años.

Tienen dos perras en su casa, una que tiene 8 años y se llama Laica y otra que se llama Kika y tiene 11 años.

Oliver es el encargado de sacar a las perras de paseo, y todos sus hermanos quieren acompañarle. Nayara, la madre, dice que no, que sólo pueden ir cuatro a sacar a los perros porque alguien tiene que quedarse en casa. Los padres se van de compras a la ciudad y alguien tiene que vigilar la casa.

Carolina se queda en la casa porque tiene que recoger su cuarto.

Los cuatro niños se van a sacar a las dos perras de paseo.

Justo en ese momento llegó el Bibliobús a la plaza del pueblo para cambiar libros y películas de vídeo. Carolina estaba buscando los libros cuando vio por la ventana el autobús. Al bajar las escaleras de casa para llegar a la plaza, se tropezó con su pie izquierdo y se le metió el libro debajo del autobús.

Los cuatro hermanos llegaron con las dos perras de dar el paseo y vieron cómo Carolina se caía por las escaleras. Fueron corriendo a ayudarla y las dos perras se metieron debajo del bibliobús para sacar los libros de Carolina.

El conductor del bibliobús arrancó el autobús justo cuando Kika y Laica estaban debajo del autobús. Carolina vio que los iban a atropellar y Carolina y Samuel se pusieron delante del autobús para pararlo.

Al final, las perras sacaron los libros de debajo del autobús y todos los hermanos pudieron devolver los libros a José Manuel, el encargado del bibliobús. Las dos perras esa tarde tuvieron doble ración de comida.

CUENTO DE HÉCTOR

DRAGONES Y VIKINGOS

 

Érase una vez un adolescente llamado Fernando. Fernando quería ser un vikingo como todos los demás. Pero esos vikingos no son vikingos cualesquiera, son vikingos que montan en dragones.

Los mejores dragones son tres. Al primero le llaman “Furia nocturna” porque puede desaparecer en la oscuridad. El segundo puede hacer que otros dragones se coman la llama que sale de su gran boca y así él se queda sin ningún rasguño. Le llaman “Apaga fuegos”. Y al tercer dragón le llaman “Mini poderoso” y aunque es pequeño de tamaño, es muy fuerte.

Estos vikingos ahora son los más fuertes de toda la región. Pueden luchar con fuego de dragón, pueden quemar a los demás vikingos, etc.

Los vikingos de todo el mundo se dieron cuenta que las guerras son inútiles y que solo sirven para destruir. Entonces, todos los vikingos del mundo se quitaron los cascos y los tiraron al mar.

Después de esto, todos los vikingos se hicieron amigos y los vikingos que tenían dragones les dijeron a los demás dónde conseguir dragones y les enseñaron a amaestrarlos.

Fernando, un Vikingo muy hábil con los animales, se acercó a un dragón de alas enormes y a la primera le salió genial.

CUENTO DE MARTA

EL CABALLO IKER

 

Había una vez un caballo llamado Iker. Era un potrillo. Su dueño se llamaba  Samuel. Vivía en un pueblo cerca de Valladolid. Samuel e Iker eran uña y carne. Cada mañana, cuando Samuel se levantaba, se arreglaba y desayunaba muy rápido para ir a cuidar a Iker.

Cuando llegaba la hora de ir al colegio, iban juntos, porque cerca del colegio había mucha hierba y al profesor no le importaba que Iker pastara cerca del colegio. De esta forma, Samuel cuidaba a su potrillo.

Al terminar el colegio Samuel se fue corriendo a ver a su potrillo, pero cuando llegó al campo, allí estaban todos los compañeros de clase. Samuel se enfadó mucho porque no le habían pedido permiso para estar con su caballo y no les dejó verlo más. Les dijo que tenían que haber pedido permiso para poder jugar con Iker.

Así pasaban los días Samuel e Iker. Siempre juntos.

El 31 de Marzo, era el cumpleaños de Samuel y ese día estaba muy ocupado. Samuel sacó a pasear a Iker y le dejó solo. Iker vio en el campo a más caballos y echó a correr. Iker no pudo saltar una valla que había en mitad del campo y tropezó con ella y se rompió la pata.

Cuando fue Samuel a por él después de celebrar su cumpleaños, se lo encontró tirado en la hierba y se asustó mucho. Samuel intentó curarle pero no pudo. Iker no paraba de relinchar del dolor de su pata. Samuel dijo a sus vecinos y a todos:

- ¡Salid, correr!

Y todos se asustaron y le llevaron al veterinario.

Cuando el médico de Iker salió de la consulta, les dijo que se curaría en un par de semanas y todos se alegraron mucho. Los amigos del colegio de Samuel también fueron a cuidar a Iker y así todos volvieron a ser amigos y a cuidar y jugar con Iker.

Con el paso del tiempo, Iker se curó pero Samuel no volvió a dejarle sólo. Cada vez que la madre de Samuel le mandaba ir a comprar algo al pueblo, Samuel no quería dejar sólo a Iker y se iban los dos juntos. Para entrar en la tienda, Samuel tenía que dejar a Iker a solas en la calle, porque no podía entrar en la tienda, pero Samuel no dejaba de mirar por la ventana.

De esta forma su padre, su madre e Iker fueron muy felices.

 

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