CONCURSO ECOEMBES

LOS PROFES CUENTAN Y LOS NIÑOS DIBUJAN.

Ecoembes y Aldeas Infantiles SOS nos han ivitado a participar en un concurso en el que el profesor escribe un cuento y Héctos hace los dibujos. Esperamos que os guste.

               UN BOTELLÍN CON FAMILIA              

     Hola, me llamo Botellita y tengo 2 añitos. Soy un envase de vidrio muy alegre y cariñoso y me encanta estar con mi familia, porque yo, por suerte, la tengo.

    Os voy a contar mi historia. Espero que os llegue muy adentro para que vosotros os unáis a la gran familia que forman todas aquellas personas que desinteresadamente, colaboran en el cuidado del planeta en el que vivimos, que siguen la regla de las 3 R, y otros que, como en mi caso, ayudan a reciclar vidrio que alguna persona sin corazón deja a un lado de la carretera por el simple hecho de que es un rollo eso de reciclar o porque el contenedor verde del vidrio está muy lejos.

     Si no te vas a hacer responsable de tus envases, piénsatelo dos veces antes de comprarlos en la tienda de alimentación.

     Bueno, mi historia comienza un día de mayo en el que mi madre, una enorme botella de vidrio, sin familia, da a luz a cuatro preciosas botellitas de bebida refres-cante en un descampado a las afueras de Cogeces de Íscar. Desgraciadamente, mi madre se rompió poco después en la cuneta de una carretera, dejándome a mí y a mis hermanos sin nada con lo que alimentarnos y sin nadie que nos protegiera de los peligros que podía haber allí. Así que nosotros, muertos de miedo nos escondimos entre unos matojos.

     Pero por suerte, pasaba por allí una voluntaria de “No me abandones” de vuelta a casa. Vio a mi madre rota, así que llamó a sus compañeros para ponerse cuanto antes en nuestra busca. Se llevaron horas y horas hasta que nos encontraron, incluso hubo alguno que hasta se metió entre los arbustos para rescatarnos, no todo el mundo haría eso. Después, nos llevaron a un sitio donde nos limpiaron por dentro y por fuera, ¡estábamos cansados!

     Mis hermanos y yo pasamos dos meses con muchas botellitas más, ellos nos cuidaban muy bien y nos querían mucho. Todos los voluntarios  y las botellitas que allí estábamos recogidas, era como si formáramos una familia.

     El día 15 de Octubre del 2009, mi suerte cambió. Vino una empresaria buscando un montón de botellitas para rellenarlas de zumo de tomate ecológico y después de mirar a todas las botellas, su hija pequeña Cayetana, se vino directa a mí. Me cogió en brazos y dijo: “mamá, la quiero a ella”.

     Así que mis padres firmaron todos los papeles, comprometiéndose a cuidarme y a quererme mucho y me llevaron a casa, a mi nuevo hogar, con mi nueva familia y con mi nuevo uso.

     Ahora, ya hace dos años desde que me recogieron del “cuidadero” de botellitas abandonadas y aún le sigo estando agradecida por haberme dado esta oportunidad de volver a ser útil, y se lo estaré siempre.

     Por cierto, dos de mis hermanos y muchas botellas más, aún están esperando que alguien quiera darles un uso. Así que ya sabéis, recicla porque ellas, seguro, estarán agradecidos de por vida.

CEIP San Roque

Cogeces de Íscar

Valladolid

Enero 2012